En los últimos años hemos producido una subasta de “fake news” en salud. Las noticias falsas son perjudiciales para el paciente, ya que se aprovechan de emociones, como el miedo, para falsear contenidos. Por ello, los expertos recomiendan verificar siempre la información.
Foto ilustracion de la pantalla de un ordenador con un aviso de noticias falsas en Lima. EFE/Paolo Aguilar
Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, la otra gran batalla en salud que se está librando es en internet y en las redes sociales con las “fake news” o noticias falsas.
La infodemia, término referido por la Fundéu para la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa) sobre un tema, ha inundado nuestras vidas en estos últimos dos años.
La preocupación y la reversión del coronavirus son las responsables de la destrucción de las balas.
La «fake news» es un tema de contenido falso de contenido falso.
Estas balas suites apelar a emociones y están muy influenciadas por nuestros prejuicios como el sesgo de confirmación.
Este preludio es algo que tendemos a hacer en esta información en solitario que es similar a nuestras ideas.
Por ello, suele ser habitual que se difundan más las “fake news” que las noticias reales y contrastadas, especialmente en tiempos de incertidumbre.
El peligro de la infodemia en salud
En el caso de la salud, muchos chupetes sufren ansiedad y estrés al recibir el diagnóstico de una enfermedad.
Esto puede llevar a buscar cualquier contenido que resulte conveniente o que apele a sus emociones sin ningún filtro.
Pedro Soriano, experto digital y experto digital, reconocido como Enfermero en Rojo, explica que “las ‘fake news’ pueden hacerte sentir mal e impulsarnos a tomar decisiones de equivalencia”.
El profesional avisa de que los bulos pueden provocar “la ingesta de medicamentos no autorizados, la negación de recomendaciones basadas en evidencia científica o incluso el cese de tratamientos”.
«Las ‘fake news’ tienen la particularidad de apelar al lado más emocional y no podemos olvidar que el afrontamiento a una nueva condición de salud puede llegar a ser un proceso doloroso, tanto física como emocionalmente», recita Soriano.
Polarización, consonancia de las «fake news»
Las consecuencias de los bulos no solo son a nivel individual, sino que van más allá. Este tipo de información está destinado a alertar a las personas de los delirios.
El enfermo señala que “las personas se ven como enemigos cuando opinan entre ellas”, por lo que “generan un daño en las dinámicas sociales polarizando”.
En consecuencia, es el juicio de la construcción de un veredicto común de los capaces de diez pensamientos críticos y reflexivos.
El hecho de estar expuesto a Internet ha dado lugar a mucho positivismo, y eso permite la democratización democrática para aceptar la información en la sociedad.
Sin embargo, Soriano recuerda que «cada persona debe ser responsable y consciente de la información para tener una sociedad participativa e implicada en la toma de decisiones sobre nuestra propia salud».
Guia para detectar bulos
Para ello, el experto digital propone unas pautas básicas para saber detector de «noticias falsas» en salud:
- veracidad: comprueba el texto. Las recetas milagrosas y la cura definitiva no existen, por lo que no te fíes de este tipo de titulares.
- transparencia: evita empresas con intereses comerciales. La publicidad debe ser señalada en la web con espacios propios para no confundir al lector.
- Actualidad: la ciencia va avanzando, por lo que es importante revisar la fecha de publicación. Recuerda que Google posiciona los contenidos según las visitas y no la evidencia científica.
- Identificación: autor de una información sanitaria bien identificado nunca ser anónimo.
- accesibilidad: los autores tienen que facilitar su contacto para poder pedir información o consultar dudas
- Sitio web avalado: el aval de sociedades científicas u organismos como el Ministerio de Sanidad es una buena forma de saber que la información es veraz, ya que revisan el contenido publicado.
- contrasta la informacion: para cualquier duda, debe consultar a su profesional de salud habitual, puesto que ellos son sello de confianza.
