Ahora está a salvo. España ve el fin del uso de mascarillas en aquellos lugares donde aún eran obligatorias: las expulsará la próxima semana en los centros y servicios sanitarios, y también en las farmacias. Tampoco serán obligatorias para quienes trabajen o visiten los centros sociosanitarios.
Había pocos indicios de este aspecto esencial e icónico de la pandemia después de que el Gobierno aboliera las mascarillas en el transporte público el pasado mes de febrero. Este viernes el Gobierno y las comunidades han afrontado su final en los lugares donde aún esperaban. Será aprobado por el Consejo de Ministros la próxima semana.
Fue el 20 de mayo de 2020, en los primeros meses de la crisis sanitaria del coronavirus, cuando el BOE publicó la orden del Ejecutivo en la que regulaba las condiciones para el uso obligatorio de mascarillas.
El pedido de 2020
Entonces, el Ejecutivo consideró necesario «adaptar y concretar» continuamente las medidas adoptadas para gestionar la pandemia por la crisis sanitaria, que se estaba produciendo en el marco del estado de alarma.
“En este contexto, y ante la alta transmisibilidad del SARS-CoV2, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad y en personas asintomáticas, es necesario dictar una orden para regular el uso de mascarillas, estableciendo los casos y supuestos en A este respecto. su uso será obligatorio, sin perjuicio de las recomendaciones que brinden las autoridades sanitarias en el resto de los casos”, insistió la orden.
Justificó su uso no solo por la alta transmisibilidad del coronavirus sino también por la capacidad demostrada de las mascarillas para bloquear la emisión de gotitas infectadas cuando no era posible mantener la distancia de seguridad, y en ausencia de otras medidas como . como la vacunación.
Por ello, en el artículo 3 de la orden se dictaba su uso obligatorio en espacios al aire libre y en cualesquiera espacios cerrados de uso público o abiertos al público, siempre que no fuera posible mantener al menos una distancia de seguridad interpersonal. dos metros
Regulación de su precio: bajó a 0,72 euros
Ya se ha recordado muchas veces que las mascarillas escaseaban hasta entonces y su precio estaba por las nubes. El Ministerio de Sanidad, encabezado por el entonces ministro Salvador Illa, solo los recomendaba a personas enfermas, con síntomas o casos sospechosos de covid.
El Ejecutivo decidió controlar el precio y fijar un tope. En primer lugar, la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos -órgano colegiado del Ministerio de Sanidad que agrupa a varios ministerios y comunidades autónomas- acordó un máximo de 0,96 euros. Un mes después lo bajó a 0,72.
Con las diferentes oleadas de la pandemia, las mascarillas sobre la mesa, fuera o dentro, o en las escuelas, o incluso en los patios, no acabaron. Desde los seis años había que tomarlo.
Y vino Omicron
Llegó la vacuna del covid. Llegaba el momento de volver a vernos la cara en la calle porque los embates de la pandemia empezaban a ser tan implacables.
Sin embargo, una enmienda socialista a la ley de la «nueva normalidad» hizo obligatorio el exterior a partir del 31 de marzo de 2021 aun cuando se pudiera mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros. El Gobierno suprimió el requisito en junio de ese año en lo que se refiere a la distancia.
Un descanso que volvió a endurecer Omicron en Navidad, aunque un mes después, ya en 2022, la mascarilla dejaba de ser obligatoria fuera de forma definitiva.
Mírense las caras en interiores y en tránsito
El 20 de abril de 2022 finalizaron las mascarillas de interior, excepto en los centros sanitarios o residenciales, además del transporte público y las farmacias, tal y como establece el Gobierno en un real decreto. Para entonces, la mayoría de los países europeos ya los habían abolido.

A partir de ese momento, los alumnos tampoco tuvieron que utilizarlo en las escuelas. Sanidad recomendó que lo porten profesores con factores de vulnerabilidad, así como otros con las mismas condiciones que no puedan mantener una distancia de 1,5 metros. Empezaron a verse en clase, dos años después.
Tuvimos que esperar hasta este año, 2023, para prescindir de ellos en el transporte público. Lo dio a conocer la exministra de Salud, Carolina Darias.
A partir del 8 de febrero dejaron de ser obligatorios por la situación, dijo Darias, de «tremenda estabilidad» de la pandemia, con tendencia a la baja.
La modificación del real decreto no llegó a los hospitales ni a los centros de salud, ni a las farmacias, y en los centros sociosanitarios los trabajadores y visitantes tuvieron que seguir aceptándolos, pero no llegaron a los residentes.
ALETA
El director del Centro Coordinador de Alertas Sanitarias y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, pronosticó el pasado mes de abril que la mascarilla dejaría «pronto» de ser obligatoria si no lo era ya. Sin embargo, también apeló a la responsabilidad individual y pidió a las personas con infección respiratoria que lo tomen para evitar contagios.
Y el pasado 16 de junio, el actual ministro de Sanidad, José Miñones, anunció que antes de fin de mes habría un Consejo Interterritorial para estudiar la posibilidad de eliminarlos en esos lugares.
Miñones también dijo que son los peritos -con los informes técnicos- quienes dirán cómo proceder con su retiro, ya sea de manera larga, contundente o paulatina. Miñones estaba convencido de que estábamos más cerca del uso recomendado que del obligatorio.
Finalmente, será el martes cuando el Gobierno lo apruebe en Consejo de Ministros y se ponga fin al uso de las mascarillas, poco más de tres años después de que pasaran a formar parte de nuestro día a día a causa de una pandemia que cambió el mundo.