El 53% de la población española tiene sobrepeso y algo obesidad en lo que influye de forma notable en la falta de ejercicio. El 42,6% de la población es completamente sedentaria y no más de una hora a la semana a la actividad física.
Se trata de una de las conclusiones del estio presentado este miércoles por la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) con motivo del Día Mundial contra la Obesidad que se celebra el 4 de marzo y que confirman las «alarmantes» tasas de obesidad y sobrepeso que soportan España y que la pandemia de covid-19 no han hecho más que empeorar.
Así, el 53,8% de los más de 1.000 declara declara tener problemas de peso, un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad; es más frecuente en hombres y va incrementando a medida que aumenta la edad, llegando al 66% en mayores de 65 años, según los datos que ha expuesto la presidenta de la Seedo, María del Mar Malagón.
Se trata además de una enfermedad crónica: seis de cada diez lleva más de 25 años luchando contra ella, aunque solo la mitad ha recibido consejos para reducir su exceso de peso.
At 70,9% le gustaría estar más delgado, sobre todo a las mujeres, de las que un 78,2% ha tratado de perder kilos en algún momento de su vida frente al 67,2 de los hombres.
En total, el 80,6% de las personas con sobrepeso y el 91,4% de las que tienen alguna obesidad ha tratado de adelgazar vez, ha añadido Sharona Azriel, adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid.
Por otro lado, la reverencia trae consigo un enorme estigma social: un 43,9% se han sentido completadas por ello, de nuevo más las mujeres (54,5%). El 14,1% de los encuestados se han sentido incluso rechazados en alguna ocasión.
Otros motivos para la obesidad y sobrepeso
Hace dos años, la Seedo elaboró otra encuesta tras el confinamiento que durante de manifiesto que el 44% de los españoles engordó el encierro, en su mayoría entre 1 y 3 kilos.
El cambio de rutinas, con una mayor ingesta de alcohol y picoteo, además de la falta de actividad, estaba detrás de esos datos.
Ahora, la teletrabajo implant, el pasar más horas sentados delante del ordenador y cerca de la cocina, el estrés o las limitaciones para acudir a los centros deportivos han consolidado esa tendencia, ha precisado Albert Lecube, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición Arnau de Hospital Universitario de Villanova (Lleida).
De hecho, la mayor parte de los participantes, que fueron entrevistados a finales de enero, se atribuyen a la falta de ejercicio sus problemas de peso (32%), seguido de los malos hábitos nutricionales (20%) y componentes ansiosos o relacionados con la gestión de emisiones (19%).
Hasta un 42,6% declara ser totalmente sedentario o no dedicar al ejercicio físico (incluyendo andar a paso ligero, correr, trotar, montar en bicicleta, hacer gimnasia o cualquier otra actividad deportiva) ni una hora a la semana.
Casi la mitad, el 47,2%, pasa entre 1 y 5 horas al día sentados, tumbados o inactivos (sin contar las horas de sueño), el 31% lo hace entre 5 y 8 horas al día y el 16% supera ese tiempo. Cuatro de cada diez dedican de 2 a 5 horas a mirar la pantalla y un 28,1% superan las 5.
Por el contrario, un 44,8% practica algún deporte, sobre todo caminar y actividades de gimnasio, aunque solo un 22,7% realiza diariamente, por término medio, más de 7.000 pasos.
De la población sedentaria, el 80,7% admite que podría dedicar al ejercicio al menos 15 minutos diarios durante 4 ó 5 a la semana; un 94,9% de los jóvenes asegura que podría hacer más de una hora a la semana, pero no lo hacen porque no les gusta por alto precio de los centros deportivos.
Frente a ello, César Bustos, CEO de «No hay excusas», propone por ejemplo levantarse cada hora y hacer cinco sentadillas o seguir rituales de ejercicio por redes sociales como Youtube. ¿Qué no les atrae? «Bailar es una actividad divertida y no lesiva. Hay que buscar actividades que nos gusten».
Si no trabaja con caminar, hacerlo «como si se fuera a perder el autobús» porque para que esta actividad sea realmente efectiva para adelgazar hay que hacerlo a un ritmo de al menos 100 pasos por minuto.
Pero lo más efectivo para la pérdida de grasa, y en contra de lo que se ha pensado durante mucho tiempo, no son las actividades de cardio, sino los entrenamientos de fuerza, que contribuirán además a evitar lesiones.
Como resultado, los expertos se han estado preguntando cómo la guerra contraindica la epidemia de obesidad requiere un abordaje mucho más global con tratamientos individualizados que contemplan desde dietas a más horas al sueño, menos estrés o mejor acceso a fármacos.