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Ejercicio físico, moda cardiovascular

Heart News: «Ejercicio, moda cardiovascular»

“Este objetivo común es esencial para que todos tomen medidas y mejoren su salud en general. Debemos convertir el ejercicio físico diario, caminar, correr, nadar o andar en bicicleta, en algo permanente”, afirma el también catedrático de la Universidad Complutense.

Y cabe señalar que existe una considerable evidencia científica que avala esta vibrante relación entre la actividad física y la salud cardiovascular.

“Es bien sabido por todos los médicos, especialmente en materia de cardiología, que el ejercicio físico realizado de forma regular, incluso en las modalidades más intensas del deporte de élite, implica una adaptación estructural y funcional del sistema cardiovascular”, afirma. .

El cuerpo y el core van de la mano… y las piernas

En las últimas décadas del siglo XX y XXI, en concreto, el aumento de la esperanza de vida y los hábitos poco saludables se han convertido en los principales factores de riesgo cardiovascular, por ejemplo diabetes mellitus, hipertensión y dislipidemia sanguínea (colesterol)casi en una epidemia.

Como consecuencia directa, el ejercicio físico, cualquier movimiento corporal producido por el sistema motor a través de la contracción y relajación de los músculos, supone un aumento de la demanda de oxígeno y nutrientes por parte de los músculos, y por tanto del consumo de energía.

“La capacidad funcional y la cantidad de ejercicio se correlacionan inversamente con el desarrollo de factores de riesgo cardiovascular y, además, con la mortalidad a largo plazo por enfermedades cardiovasculares y neoplásicas”, enfatizó el Dr. Macaya.

Las adaptaciones cardiovasculares al ejercicio físico y al entrenamiento producen aumentos beneficiosos en el volumen sistólico (la cantidad de sangre expulsada en el ventrículo izquierdo), las cámaras del corazón y el grosor de la pared.

También, una reducción de la frecuencia cardíaca, en reposo y ejercicio de intensidad submáxima, y ​​una mejora en la perfusión miocárdica (flujo sanguíneo en el corazón).

“La práctica regular de ejercicio físico, incluso isotónico, da un remodelado morfológico y eléctrico cardiaco que sugiere una adaptación fisiológica a la sobrecarga cardiaca”, dice el Cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos.

“Por supuesto, siempre estará en función de las condiciones físicas y psíquicas de cada persona (edad, patologías previas, riesgo cardiovascular, medicamentos, etc.). Nunca puede crear un riesgo adicional”, dice.

Un anciano camina a buen ritmo por un parque de Madrid apoyándose en dos bastones. EFE/Carlos González.

Esta adaptación de la estructura del corazón también es estimulada por el ejercicio físico a través de células regenerativas, células madre.

“En un futuro próximo, la investigación definirá en detalle los efectos del ejercicio sobre las vías moleculares asociadas al corazón, que pueden ser algún día dianas terapéuticas para mejorar todo el sistema cardiovascular”, afirma.

Posteriormente, el ejercicio físico beneficia claramente la eficacia de los vasos sanguíneos, desde la circulación periférica hasta la circulación coronaria sensitiva.

“Estos beneficios para la salud cardiovascular no solo se dan en los deportistas, más aún en los de alto rendimiento, se aplican a las personas de la tercera edad, incluso en pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV), ya sea por un infarto o un infarto. insuficiencia cardiaca«, refuerza la Dra. Macaya.

La calidad de vida y la esperanza de vida mejorarán para estos y otros pacientes cardíacos, mejorando a menudo el pronóstico de la enfermedad y reduciendo la mortalidad.

El ejercicio físico y el sistema cardiovascular
Un hombre y una mujer de mediana edad pasean por un parque de Madrid. EFE/Carlos González

Una nueva garantía de los beneficios de caminar, correr, nadar o andar en bicicleta

Un estudio elaborado por la Asociación Americana de Cardiología y publicado en su revista ‘Diseminación‘, quien explica que la actividad física regular mantiene el corazón fuerte, que una caminata enérgica de veinte minutos al día es «suficiente».

Al mismo tiempo, advierte que existen grupos de población que tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares porque practican menos ejercicio físico: adultos mayores, mujeres, personas de raza negra, personas con depresión, personas con discapacidad, personas con condiciones socioeconómicas más bajas. estado y los que viven. en áreas rurales.

“El estudio demuestra que es de suma importancia aumentar los recursos económicos para poner en marcha iniciativas que promuevan la actividad física de manera sostenible, especialmente para grupos familiares con una economía debilitada”, explica la Dra. Macaya.

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar los niveles de actividad física de diferentes grupos de adultos y revisar estrategias para aumentar la actividad física en colectivos con pocos recursos o con riesgo de mala salud cardiovascular.

El estudio encontró que muchos grupos que mostraban una salud cardiaca deficiente también reportaron bajos niveles de actividad física.

“Sabemos que la actividad física regular es un componente clave para una salud cardíaca óptima. Estos resultados brindan la oportunidad de enfocar nuestros esfuerzos en programas de actividad física en los lugares donde las personas más los necesitan”, escribieron en blanco y negro en el informe.

La American Heart Association midió la salud y los riesgos cardiovasculares con base en ocho parámetros: presión arterial, colesterol, azúcar en la sangre, índice de masa corporal, hábito de fumar, actividad física, sueño y dieta.

El informe recomienda que los programas de actividad física se implementen con la participación de la comunidad para satisfacer sus necesidades y que se diseñen programas que sean accesibles y culturalmente apropiados.

«Se necesita un enfoque de equipo para aumentar los niveles de actividad física para aumentar la equidad en la salud, incluidos los profesionales de la salud que evalúan y promueven regularmente la actividad física en todos los pacientes», concluye el estudio estadounidense.

El ejercicio físico y el sistema cardiovascular

El consejo de la Dra. Carlos Macaya: «Debemos hacer al menos 20 minutos de actividad física todos los días, aunque 30, 40 o 60 minutos, dependiendo de nuestra edad y estado de salud, es mucho más recomendable… .

Es posible caminar a buen ritmo, correr, nadar o andar en bicicleta en cualquier momento del día, pero debemos evitar las aglomeraciones, las intensas horas de sol en verano y las horas más frías en invierno.

Además, hay municipios de muchas zonas rurales, regiones o grandes ciudades europeas, por ejemplo Madridque generó rutas cardiosaludables para toda la población, incluso si son turistas ocasionales.

De esta forma, se minimiza el impacto negativo del sedentarismo, el tabaquismo, una dieta rica en grasas saturadas, bebidas alcohólicas y azucaradas o una desesperante rutina digital, hábito que afecta incluso a las almohadas del dormitorio.

Ejercicio activa el cuerpo, facilita el contacto con la naturaleza, la recreación en parques, la mitigación del ruido ambiental y aumenta las relaciones de pareja, familiares y sociales. Dicho esto, protege nuestros corazones“.

Dr. Carlos Macaya Miguel, Cardiólogo de referencia a nivel mundial

Fuente

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