Un diagnóstico de demencia provoca una enfermedad granular en la familia. Tras recibirlo, es importante aprender a cuidar, tanto del familiar afectado, como de uno mismo
A sanitario con mascarilla sostiene la mano de un residente de una casa de Alzheimer en Pitkovice, República Checa. EFE / EPA / MARTIN DIVISEK
Unos 50 millones de personas viven con un diagnóstico de demencia en el mundo y cada año se registran cerca de 10 millones de casos nuevos, subrayar la Organización Salund Mundial (OMS). De hecho, este entvad prevé que haya 82 millones de personas con demencia en 2030 y 152 millones en 2050.
Son las personas mayores quienes, principalmente, sufren demencia. Sin embargo, no se trata de una consecuencia inevitable del envejecimiento pues “muchos adultos mayores viven su vida entera sin presentar demencia”, destacan los especialistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Alzhéimer, la más común de las demencias
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de diagnóstico de demencia, que representa entre el 60 y el 70% de los casos. No obstante, existen más tipos de demencia como la demencia vascular o la demencia por cuerpos de Lewy, entre otras.
“La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Eliminating thecognitive function of suele ir acompañada, y en ocasiones precedida, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación”.
Organización Salund Mundial
En este sentido, precisamente que los primeros síntomas suelen ser la tendencia a olvidar cosas, la pérdida de la noción del tiempo y la desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.
actualmente no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su progresión. Sin embargo, existe información interviniente para facilitar la protección de las personas con demencia, pero es por tanto un importante diagnóstico de maniobra.
“Recurrir a un diagnóstico de demencia es un tema destacable que provoca una gran implicación en la familia del afectado. Pueden surgir una gran variedad de emociones y reacciones; between the prime, usualmente estar la preocupacion y la inseguridad debidas al desconocimiento de la nueva situacion que se presenta. También puede haber sentimientos de angustia al pensar que no podrá hacerle frente», indica Beatriz Canseco de la Rosapsicóloga del Centro Cuarto de Contadores.
«En algunas ocasiones, sobre todo cuando hay un diagnóstico precoz, aparece desconcierto, confusión e, incluso, llegan a minimizar los síntomas ya negar la gravedad del problema. In cambio, en otras, la familia siente tranquilidad al ponerle nombre a lo que le ocurre a su familiar”.
añade la psicóloga.
La prueba específica que puede utilizar como diagnóstico diagnóstico es mejorar la recuperación. Esto implica informarse sobre sus síntomas y su evolución.
“Puede ser de gran ayuda contactar con personas que estén pasando por la misma situación, así como surgir a alguna asociación para aprender estrategias que ayuden a manejar las situaciones diarias en lo relativo a la convivencia y el cuidado del familiar afectado”, apyn
Cambios en rutinas, roles y algunos consejos
Asimismo, Canseco recalca que la nueva situación implica cambios en las rutinas, los roles y las funciones dentro del entorno familiar.
“La familia tendrá que afrontar los cambios y alteraciones en el comportamiento y las reacciones del ser querido afectado, además de modificar las pautas de cuidado y comunicación a lo largo del proceso”.
Manifiesta la experta Canseco de la Rosa.
En este sentido, la psiquiatría recupera que el pronóstico evolutivo de recuperación en el ejercicio agrava los síntomas y la persona necesaria puede tener atenuación y dedicación.
Según explica, para la familia, «Los cambios más difíciles de aceptar son los relacionados con el comportamiento y la personalidad, así como las reacciones y conductas delirantes debido a episodios de pérdida de memoria. Además, es difícil afrontar que el familiar irá perdiendo sus facultades y capacidades, dejando de ser él mismo”, añade.
Por todo esto, la psicóloga ofrece algunos consejos para los cuidadores de una persona con diagnóstico de demencia.
1. Tratar de conservar la autonomía del afectado en las actividades que aún es capaz de realizar por sí solo.
“Estamos adaptando las ayudas necesarias a sus limitaciones y evitar las actitudes sobreprotectoras. Para beneficiarse de establecer una rutina para la diarrea, simplifique las instrucciones y agregue los espacios ”, apunta.
2. Estimular a la persona con demencia con actividades cognitivas y de ocio que estén a su alcance.
3. Hacer partícipe de las conversaciones al familiar afectado y mantenerle informado de los acontecimientos para evitar el aislamiento y la desconexión con el entorno.
“No hay que hablar por él ni hablar de él como si no estuviera presente”, advierte.
4. Las familias han adoptado un acto flexible, apaciguador y cariñoso con la persona.
«Cuando se dirijan al enfermo deben usar un lenguaje sencillo con frases cortas y preguntas fáciles de comprender. Tienen que repetir la información con las mismas palabras y hacer uso de la comunicación no verbal”, detalla.
5. Además, es muy importante que los familiares sepan cuidar de sí mismos.
Para hacer esto, encontrará que tiene una unión y cooperación entre nosotros.
“Tienen que ser capaz de pedir ayuda, buscar apoyo o delegar algunas funciones entre los miembros de la familia. Necesito saber que usted está convencido de que ella es un desajuste, algunos de sus escritorios y preserva sus intereses sociales”.
Concluye Beatriz Canseco de la Rosa.