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¿Buccas una vuelta a la rutina sin contratiempos?

Las vacaciones llegan a su fin y, con ello, retomamos rutina: Para evitar el estrés, la ansiedad o la nostalgia, los cambios progresivos y el descanso «pausado» son esenciales

Más allá del llamado síndrome postvacacional, concepto controvertido en el campo de la psicología, volver a la rutina tras las vacaciones puede pasar factura en nuestro estado de ánimo: EFEsalud ha entrevistado al psicología Tomás Santa Ceciliapsicóloga y directora del Centro de Consultoría Psicológica de Madrid (CECOPS)para profundizar en las consecuencias emocionales de la vuelta a la normalidad.

“No se trata de un síndrome o una enfermedad, sino de un estado psicofísico de malastar temporal transitorio que se se se trata de una vez que finalizan las vacaciones”, asegura el experto.

Y es que, aunque no se hable de síndrome, ese cambio en el estado anímico como fruto de las vacaciones sigue ahí. Por ello, y para volver a la rutina sin mayor dificultado, Santa Cecilia facilita una serie de consejos.

Cambios progresivos, pieza clave para la vuelta a la rutina

El psycologe señala cuatro puntos basicos sobre los que debemos asentar la vuelta a la normalidad:

  1. Volver a la rutina de forma progresiva. Poco poco tenemos que adaptar nuestros horarios de sueño y comida. Retomar la costumbre es esencial y hacerlo paulatinamente es de gran importancia. En este sentido, es importante señalar que la forma de verificar el restablecimiento de la rutina se basa precisamente en estos horarios.
  2. No debemos volver directamente al trabajo. Antes de retomar la rutina laboral, la vuelta a casa debe ser con margen de tiempo, para la adaptación
  3. La agenda laboral también debe ser progresiva. En el amíto del trabajo la carga también debe asimilarse de forma progresiva.
  4. Descanso real. El descanso va más allá de las horas de sueño. Si elegimos hacer actividades deportivas, viajes largos o, en otras palabras, concentrar muchas actividades en un margen de tiempo limitado, estamos renunciando a la esencia del descanso. Por ello, y para contrarrestar el ritmo frenético de nuestro día a día, debemos recurrir al «descanso pausado», aquel definido por el no hacer nada.

Atento a la sintomatología

Pero, al hablar de este estado emocional posvacacionales necesario señalar las formas en las que se puede llegar a manifestar y la sintomatología que se liga a cada una de ellas.

Porque, aunque son muchos los que esparan con ansia retomar la rutina, otros asimilan el día a día con sentimientos muy diferentes:

Hay quien toma la vuelta a la rutina desde la nostalgia o tristeza

Normalmente asociamos las vacaciones y el tiempo libre ligado a ellas con el divertimento. Regresar al día a día significa para muchos que esa despreoccupan y el ocio que hemos vivido durante los meses de verano acaban. Aquellos que sucumben ante estos pensamientos, se recrean en el pasado y lamentan volver a lo que entienden que es la «aburrida normalidad».

En estos casos, el presidente de CECOPS, el hijo síntomas:

  • Apatía
  • negativismo
  • Falta de energía
  • Somnolencia excesiva
  • poco apetito
  • Piernas pesadas
  • Letargo
  • Tristeza

Otros lo asocian al estrés oh día ansiedad

Por afrontar determinados contextos que durante el verano hemos esquivado: el regresso a la ciudad, al amípido laboral, a la rutina diaria, etc. Aunque también debomes standar la presencia de ciertas situaciones en época estival, como pueden ser discusiones en pareja o afrontar los gastos vacacionales. Estos dos casos hipotéticos suelen acarrear episodios de ansiedad o estrés en el individuo, traduciendo en cambios tanto físicos como psicológicos.

EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Los síntomas más habituales son:

  • Tensión muscular
  • nerviosismo
  • palpitaciones
  • Sueño irregular
  • Falta de concentración
  • Cansancio excesivo
  • Problemas gastrointestinales
  • dolores de cabeza

Si lo padecemos…

Pero además de los consejos y las características de las distintas manifestaciones de este estado emocional propio del período posterior a las vacaciones, Tomás Santa Cecilia añade una serie de observaciones.

En primer lugar indica que, aunque practica suceda por inercia «tenemos que intentar no dejarnos llevar por nuestro estado emocional». Por tanto, lo más sensato en estos casos es no exagerar, aceptar de que se trata de algo transitoriocon final.

Y, aunque lo natural es que este estado de ánimo dure hasta dos o tres meses, se puede llegar a crónica. De ser asi, lo primero que debemos hacer es buscar la ayuda de un especialista.

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