La Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente este lunes el dictamen en el que el Gobierno deberá basarse ahora para regularizar, en un plazo de seis meses, el cannabis medicinal como complemento terapéutico.
El siguiente paso es enviar el texto tal y como lo descubrió la subcomisión la semana pasada a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para que empiece cuanto antes los trabajos necesarios para que los medicamentos con productos derivados del cannabad en España a final de año.
Con este aval empieza el plazo del que dispondrá el Ministerio de Sanidad para encontrar “encaje” en la normativa de las recomendaciones parlamentarias, que incluyen el uso para el dolor crónico -también el neuropático-, el oncológico, la endometriosis, la espastic with multiple esclerosis, formas algebraicas de epilepsia y náuseas y vómitos derivados de quimioterapia
Uno de los principios más importantes que introduce el texto final es ampliar sus indicaciones, inicialmente limitadas a la espasticidad en personas con esclerosis múltiple, convulsiones en algunas formas de epilepsia y el dolor crónico no oncológico, también el neuropático.
Finalmente, las intensidades trans se asocian entre grupos parietales, el uso de cannabis medicinal se extiende a endometriosis, alopecia areata y náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia.
“Se pudo haber sido un poco más generoso en la interpretación de la evidencia y haber incluido la anorexia de pacientes oncológicos y los trawsornos del sueño”, comenta a Efe Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
Descartado como primera linea de tratamiento
Resumiendo todos los indicios, y basados en la experiencia de países como Unidos Estates, Canada, Israel o Bajos States, Guzmán lanza la cifra del 0,5% de la población como potenciales beneficiarios, lo cual se reduce a más de 200.000. Aunque avisa: se trata de una estimación “muy grosera” que, hasta que no arranque el programa, no se podrá afinar.
De momento, lo ve como una alternativa de terapia en segunda o tercera línea; en un futuro, vaticina que el CBD -el compuesto no psicoactivo- sea una de las primeras opciones antiepilépticas para epilepsias pediátricas y el THC esté “cerca” de serlo para los trastornos del sueño, pero “se debe investigar mucho más”.
Así, los grupos más relevantes a los que irá dirigido el cannabis medicinal son las personas con dolor crónico no oncológico y el de las que tienen cáncer. Pero nunca como primera opción.
La Sociedad Española del Dolor (SED) ve “muy lógico” que se vaya a incorporar como medicamento adyuvante en un paciente en proceso oncológico, señala a Efe el coordinador de su Grupo de Trabajo de Cannabinoides, Jesús de Santiago.
“No todo el que tiene un tumor se le va a dar un cannabinoide”, por lo que no es un grupo fácil de calcular.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)la presencia de dolor es variable, y depende del tipo y de la extensión de la enfermedad, así como de la propia tolerancia individual, de modo que estima que el dolor puede ser el síntoma principal del 40% de los que están en tratamiento y del 75% con cáncer avanzado.
Cannabis medicinal para el dolor refractario
El posicionamiento -que recientemente ha actualizado- de la SED es que los cannabinoides deben usarse en tercera línea para dolor refractio -el que no se controla con los tratamientos disponibles-, sobre todo neuropático; para los demás, tenemos que requerir como un ensayo terapéutico individual si todos los tratamientos han fallado y en el contexto de una evaluación multidisciplinaria. Es decir, individualizar caso por caso.
Dentro de pacientes con dolor crónico, el 8% es neuropático y, dentro de este subgrupo, entre el 30% y el 50% es refractio, con lo cual, los posibles beneficiarios de este nuevo tratamiento rondarían los 400.000, calcule este doctor.
Los demás, insiste, habría que estudiarlos dentro del contexto de un ensayo individualizado. Es lo que debería ocurrir para aliviar el dolor visceral de la endometriosis, que según la Guía a las mujeres con endometriosis en el Sistema Nacional de Salud -de 2013- afecta a más de 2 millones de mujeres.
También la fibromialgia, un tipo de dolor nociplástico -los considerados huérfanos porque no se sabe exactamente dónde se localizan-, que se manifiesta como dolor generalizado, asociado a fatiga y alteraciones del sueño y gastrointestinales un 900.
Pero la presidenta del Observador Medicinal del Cannabis, Carola Pérezno lo tiene tan claro “hasta que no lo vea negro sobre blanco”, pues el informe de la subcomisión no alude claramente a esta enfermedad como sí hace con la endometriosis.
¿Conoces el cannabis medicinal?
Tampoco aclara quién va a dispensar estos preparados: abre la puerta a “explorar la alternativa” de las farmacias comunitarias, pero dice que “preferentemente” deben ser las hospitalarias.
Guzmán valora esta mención, convencido de que debe englobarse a todas para facilitar la vida a aquellos pacientes que no viven en grandes ciudades ni tienen fácil acceso a un hospital. Lo mismo ocurre con las flores que quedaron excluidas al principio y que el texto final recoge “trípticamente” para valorarlas como proyecto experimental.
De la misma manera, la prescripción se ha extendido al final a “profesionales sanitarios”, aunque dejando clara la preferencia de que sean los especialistas del área de cada paciente a tratar.
Sobre ello se pronuncia el experto en dolor: De Santiago puntualiza que el médico debe sentirse “seguro” de que lo que está recetando también lo es, por lo que, al menos al principio, mientras avanza la experiencia, deben ser los especialistas y con Formulación de especialidad en cannabinoides que ha tomado estos medicamentos.
Porque, como fármacos que serán, no hay que olvidar sus contraindicaciones: no deben usar embarazadas, personas con afecciones cardiovasculares ni, sobre todo, con antecedentes de trawsornos psiquiátricos o un historial de abuso de tóxicos.
Tampoco sus efectos secundarios: es una sustancia psicoactiva que “coloca” y que, como otros psicofármacos, puede producir deslocalización, mareo, cansancio can canancio o pérdida de memoria a corto plazo o incluso “un mal viaje”, entendidos o ataque de ansiedad y que, en un extremo, puede desembocar en una psicosis, añade el catedrático.
El riesgo de incrementar el consumo
Uno de los mayores temores que frenaban este paso era el miedo a un incremento del consumo; es por ello que Guzmán insta a una administración de lasómetros a un formómetro de formación y concienciación.
“Los programas de dispensación que han llevado a la adopción de otra educación educativa han resultado en la finalización completa de los programas mercantiles y de competencia competitiva. La gente debe comprender que un medicamento, por serlo, no tiene por qué ser bueno para una persona que no está enferma. Yo no me doy quimioterapia si no tengo cáncer ni me tomo un antibiótico si no tengo infección. Es fácil de entender”, resume.
Todo lo dicho hasta aquí se tiene que regular aún y el Congreso ha dado a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) seis meses para hacerlo; Guzmán no desconfía y muestra su deseo de que “para navidades el primer paciente pueda estar accediendo a su medicamento en una farmacia”. A partir de ahí, es cuando empezará de verdad el rodaje.
Carola Pérez es algo más escéptica “tal y como está la sanidad”: valora este “paso de gigante” que le ha costado siete años de lucha, pero necesita ver las recomendaciones, que se le quedan “algo cortas”, plasmadas en el mundo real, afirma con voz quebrada.
Para los packs que representa, es “una primera vez muy importante también a nivel emocional” porque llevan “años en el mercado negro siendo prejuzgadas, estigmatizadas, sin compañía ni seguridad jurídica ni sanitaria”.
“Y ahora, por fin, se reconoce que no somos delincuentes”, aplauso.