Italia prohibió los cruceros de la laguna veneciana para proteger su ecosistema y patrimonio, para poner fin a años de pereza y poner las demandas de los residentes y organismos culturales por encima de las demandas de la industria del turismo.
El gobierno decidió actuar después de que la organización cultural de la ONU, UNESCO, amenazó con incluir a Italia en la lista negra por no prohibir los transatlánticos en el sitio del Patrimonio Mundial, dijeron fuentes de Reuters.